martes, 19 de enero de 2016

La Justicia de Dios.


Si vamos a confiar en Dios y disfrutar de su amor en esta vida, tenemos que entender como es que Dios ve la justicia y las relaciones.

Tendemos a basar nuestras relaciones en justicia y rectitud porque es algo fácil de entender. Sabemos lo que hacemos, lo que esperamos, y lo que merecemos. Mateo capítulo 20 nos muestra una parábola dicha por Jesús que demuestra justo esto que comento. Leer aquí: (Mateo 20 (NTV) para un mejor contexto lee desde el capítulo 19 verso 30.

Jesús inicia esta parábola dando a entender que en el Reino de los Cielos (su reino) las cosas caminan así: Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos. En otras palabras, en el dominio, la cultura y comunidad que Jesús está construyendo, nuestra sistema jerárquico está al revés; Él esta redefiniendo nuestra idea de justicia.

¿Por qué es importante esto? Porqué si nos vamos a relacionar con Dios basándonos en lo que hemos hecho, lo que merecemos  y lo que pensamos que Él debería de hacer por nosotros, terminaremos confundidos como los trabajadores del viñedo; Como seres humanos pensamos en función de lo que hemos ganado, lo que merecemos y lo que es justo, esto nos hace perder el enfoque e incluso llegamos a fijar nuestra recompensa en función de lo que otras personas hacen o dejan de hacer, nos imaginamos escenarios basados en lo que vemos superficialmente.

Pero básicamente Jesús nos dice, "Entiendo como piensas, entiendo que tienes primeros y segundos lugares, octavos y últimos, todo un sistema de rangos, pero necesitas entender MI sistema de rangos. Muchos a quienes pones en primer lugar realmente serán los últimos, y muchos a quienes pones en último lugar, serán realmente los primeros."

Observa en la parábola que solo con el primer grupo el dueño del viñedo llegó a un acuerdo de pago, a estos trabajadores el dueño los contrató a eso de las 6:00 a.m. y estuvieron de acuerdo en que se les pagara un denario por 12 horas de trabajo; Sabían que esperar, estaban contentos con los términos del acuerdo.

A las 9:00 a.m. el dueño contrató a más trabajadores. A estos, sin embargo, no les dijo cuanto les pagaría, solo les dijo "Les pagaré lo que es justo"; Hizo lo mismo a medio día y a las 3 de la tarde. Finalmente al rededor de las 5:00 p.m., una hora antes de que terminara la jornada de trabajo, contrató al último grupo y les dijo lo mismo "Se les pagará lo justo",

Llego la hora de cobrar. Aquí es donde empiezan las fricciones. Es fascinante como el dueño instruye al capataz a que le pague primero a los que llegaron al último. ¿Por qué no les pagó primero a los que llegaron primero? Esto sería lo normal, pero lo que Jesús quería era enseñarnos lo que es Gracia.

"Bien, los que llegaron a las 5 ¿donde están?" dijo el capataz con su bolsa de denarios en la mano. Entonces los que solo trabajaron 1 hora levantaron la mano, se veían frescos y con energía, ni alcanzaron a sudar la camiseta, entonces el dueño dijo: "les dije que les pagaría lo justo ¿no?, aquí tienen un denario para cada uno".

Los que trabajaron 12 horas estaba hasta el final de la línea, pero seguramente estaban muy atentos a lo que pasaba adelante; Inmediatamente empezaron a hacer sus cuentas "Si a ellos se les dio un denario por una hora, imagínate lo que nos tocará a nosotros por 12", imaginaron un escenario.

El capataz pasó por la fila pagando 1 denario a cada trabajador, finalmente llego a los primeros, los que habían hecho el acuerdo de "un denario por un día de trabajo" y les dijo: "aquí esta su denario".

- ¿Que? no, no es justo.
- Perdón, ¿hay algún problema?

Los primeros trabajadores, en lugar de estar concentrados en su trabajo, estuvieron viendo a que hora llegaban los otros, cuanto trabajaban (¿les parece familiar?), por eso le dijeron al capataz:

- Pues si, trabajamos en el solazo todo el día y nos das un denario cuando estos están como nuevos y les pagaste lo mismo, ¿no deberías darnos más?

¿Que nos quiere decir Dios? Que Él no nos da lo que pensamos que merecemos, el nos da lo que Él quiere darnos y nos pide que confiemos en que lo que el nos da es lo justo, pero cuando se lee esto algunos podrían pensar: Realmente prefiero la justicia como la conozco, quiero merecer lo que me pasa, quiero conseguir lo que merezco, ¿realmente quieres llegar a ese punto? yo creo que no, la Biblia dice en Romanos 6:23 que la paga del pecado es muerte. Si nos basamos en nuestra justicia técnicamente eso es lo que merecemos, cualquier otra cosa es pura Gracia y Misericordia, ¿ya no nos reímos tanto verdad?

Dejemos de hablar en términos de lo que merecemos, de lo que nos hemos ganado y de lo que es o no justo, porque si pensamos así entraremos a un callejón sin salida. Somos el producto de la Gracia de Dios, somos salvos por Gracia, no por nuestra justicia. Confiemos en la Justicia de Dios.

Bendiciones
Twitter: @SOCS_MX

No hay comentarios.:

Publicar un comentario